Un Camino de Fe y Comunidad
Al finalizar el mes misionero y acercarnos a la Fiesta de Jesús Divino Maestro, no puedo evitar reflexionar sobre lo que este tiempo ha significado en mi vida. Ser parte de la Familia Divino Maestro no es solo una tradición, es una experiencia que se vive y se siente en el corazón. Cada día en el colegio, al rezar juntos, cantar el himno y compartir en comunidad, he aprendido que esta familia es un regalo que me permite crecer en mi fe y en mi compromiso con los demás.
Jesús, nuestro Maestro y Guía
Desde el primer día en este colegio, se nos enseña a ver en Jesús al Maestro que no solo nos instruye, sino que nos guía y nos acompaña. La celebración de la Fiesta del Divino Maestro es una oportunidad para recordar que Jesús es el modelo perfecto de amor, sabiduría y entrega. Su vida es un ejemplo de servicio y humildad, y nosotros, como estudiantes y miembros de esta comunidad, estamos llamados a seguir sus pasos en lo que hacemos cada día.
En cada actividad, ya sea en el aula, en una celebración o incluso en los momentos difíciles, siento que Dios ha puesto en mi corazón la certeza de que no camino solo. La espiritualidad de esta familia me enseña a ver a Jesús en todo y a todos, a tratar de ser un reflejo de su amor y a vivir con gratitud. Cada vez que canto el himno, lo hago con la alegría de saber que formo parte de algo mucho más grande: una misión de amor y servicio.
La Familia Divino Maestro: Un Lazo de Amor y Unidad
La Familia Divino Maestro es mucho más que un colegio; es un hogar donde aprendemos a vivir como hermanos y hermanas. Aquí he experimentado la importancia de la amistad, la compasión y la solidaridad. A través de los proyectos misioneros y las actividades de servicio, he aprendido que la fe no es solo algo personal, sino que se vive en comunidad, ayudándonos unos a otros y buscando siempre el bien común.
Un Mensaje para Llevar Siempre en el Corazón
En cada palabra del himno del colegio se refleja el amor y la esperanza que esta comunidad nos inspira. Es un himno que celebra la grandeza de Dios y nos recuerda que Jesús nos llama a ser luz para los demás. En este tiempo de preparación para la Fiesta del Divino Maestro, siento una gratitud inmensa por ser parte de esta familia y por todo lo que he recibido aquí.
Espero llevar siempre en mi corazón las enseñanzas y valores que he aprendido. Esta familia me ha dado una base sólida para mi vida, enseñándome que Jesús es mi Maestro y que siempre puedo contar con su amor y su guía. Con la esperanza de vivir mi fe cada día, y con el recuerdo de esta familia que me ha acompañado, camino hacia el futuro sabiendo que la espiritualidad del Divino Maestro siempre será parte de mí.